jueves, 26 de abril de 2007

No me conduzcas a la tentación... puedo ir solita


Este blog nació como aporte a un colectivo creativo que lidera Daniel, del "Kiosko Bloggero". Estoy super contenta de aportar con mis columnas en él. Esta es la primera publicación:

Primero que nada y después de todo – ¿o es al revés? – quiero darle las gracias a Daniel por aceptar mi sugerencia para el kiosco de los últimos días jueves de cada mes. ¡Evidente! Como buena mina Alfa, cuando le escuché comentar que quería hablar de sexo me dieron unas ganas locas de participar, me hice la invitada y me aguantó la parada. ¡Gracias, guapo!... Y aquí vamos:

Hablar en serio de sexo en Chile es imposible. Primero, porque nadie toma en serio el tema sexual y segundo, porque el sexo es rico cuando más juegas con él, peeroooo para jugar tienes que saber cómo, y eso mis queridos machos chilenos, muy pocos lo saben hacer. Es una lata, pero hay que reconocerlo, a los hombres chilenos les falta imaginación para el sexo y más rock (como dice la Futuro)… y también más sensibilidad sino TODA la ídem. Me niego a pensar que es la raza la mala, quiero creer que es falta de conocimiento. Claramente, nuestros locales no se toman el tema en serio y viven pensando que ser buenos en la cama les viene casi porque nacieron machos. No se preocupan de leer, ni de informarse ni de comentarlo (¡menos!). Cuando hablan con sus amigos del Club de Toby, lo hacen sólo para ufanarse de sus nuevas conquistas o para desprestigiar a alguna mina que los dejó mal parados. Estimados, les tengo una noticia: Para darle placer a una mujer en la cama, hay que saber y c-o-n-o-c-e-r a la mina en cuestión. Nosotras somos como instrumentos, si nos tocan mal, sonamos como las pelotas. Algunos insisten en pensar que tenemos algún tipo de retardo y nos guían para todo, como si uno no supiera qué hacer con su cuerpo, con el mismo que hemos vivido toda la vida. ¡Por favor, señores! Cuando ya no arrastramos la bolsa del pan y cruzamos la calle sin necesidad de un adulto al lado, créannos que podemos acompañarlos solitas a la tentación y sabemos perfectamente bien qué hacer.

Hay casos patéticos por cientos. Como ese que piensa que tener sexo con él es simplemente ganarse el Kino y uno sería la mina perfecta si tuviera un espejo en la cara, así podría gozar mirándose todo el tiempo. Todo mal. O el otro extremo, ese que pregunta si te gustó y te pone la mejor cara de cordero degollado, para que le digas que sí aunque haya estado pésimo. Son pocos los machos que saben realmente qué hacer con uno en la cama y no se van pa’dentro. Son pocos los que reconocen que tener sexo no es sólo penetración, sino mucho juego también. Para eso, tenemos manos, dedos, lengua, ojos, pestañas, pelo… y mucha imaginación para ocupar todo aquello.

Los días jueves voy a dedicarme a darles algunas sugerencias a los machos y también a las féminas (también les tengo preparado un post para ellas, relájense los que piensan que soy una feminista trasnochada) para que lo pasen mejor y tengamos menos tipos estresados o menos chicas insatisfechas en la cama o en la pega… o dónde sea. ¿Cómo saben? A lo mejor a partir de esta columna y sus comentarios, logramos sacarle lustre a un Santiago más juguetón y contento a pesar del Transantiago y sus nefastos efectos en la sexualidad santiaguina.

La primera sugerencia es que durante las próximas semanas usen otros colores que no sean el negro, el café o el azul marino, ¡¡¡por favor!!! El verde oliva, el beige y el celeste abrigan igual y no son tan lúgubres, miren que no hay nada peor que empezar a seducir a un macho todo apagado. Una cosa más: Por favor, SAQUENSE LOS CALCETINES cuando estén en la cama. Nada, absolutamente nada, justifica dejárselos puestos, ni siquiera el frío más espantoso, después de todo, les tomará sólo unos minutos entrar en calor.

¡Ah!, me olvidaba, siempre estaré abierta… muy abierta a todas sus sugerencias para mejorar esta columna. Esa es la idea. Que juntos la disfrutemos más. ¡Hasta la próxima!